Debajo de casa tengo un mercado en el que venden un montón de verduras y hortalizas, sobre todo tubérculos de todas clases y colores, que no conocía de nada. Prometo investigar y comentar resultados por aquí. Pero hoy voy a centrarme en una receta inventada (o encontrada por casualidad echando cosas a la olla) y que no sabe exactamente ni a hindú, ni a chino, ni a cocido madrileño, pero que a mí me gusta mucho. Como es inventado, no sale dos veces igual, admite todas las variaciones del mundo, y lo he llamado "potingue oriental" por no insultar a ninguna gastronomía en concreto.
Hoy le he añadido un ingrediente nuevo que he visto utilizar a Gordon Ramsay en la tele. Vivir en este país en el que hay montones de programas de cocina (todo suculento) en abierto me va a matar de alguna manera: o bien de pena por no poder comer la mayoría de las cosas, o bien de reventón si me da por saltarme la dieta. A lo que íbamos, hoy he añadido lemongrass (citronella o hierbalimón, según internet. La verdad es que no sé cómo se vende en España) al sofrito. Le da un aroma cítrico y picante muy rico, creo que el resultado ha sido más que satisfactorio.
Ingredientes:
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 1/2 chile rojo fresco
- 1 bulbo de lemongrass
- 8 champiñones
- 1 pechuga de pollo
- 200 ml de leche de coco
- 1 cucharadita de concentrado de tomate
- 1 cucharada rasa de curry
- 1 chorrito de salsa de soja
- Sal, pimienta y aceite
Elaboración:
- Picamos la cebolla en juliana, los ajos en láminas y el chile en aritos. Pelamos el bulbo de lemongrass y picamos fina la parte central, más tierna (he leído que la parte de fuera, que es algo leñosa, sirve para hacer infusiones; lamentablemente lo he leído cuando ya la había tirado). Sofreímos todos estos ingredientes en una cazuela con un par de cucharadas de aceite de oliva y un poco de sal para que "suden".
- Lavamos los champiñones y los cortamos en cuartos. Los añadimos a la cazuela junto con el concentrado de tomate (no es imprescindible, pero potencia el sabor del plato).
- Cortamos la pechuga de pollo en dados de entre 1-2 cm, salpimentamos y añadimos a la cazuela.
- Agregamos el curry y la salsa de soja y removemos. La cantidad de curry es orientativa, yo he comprado uno que no es ni muy suave ni muy fuerte, pero así y todo es bastante más fuerte que el que se encuentra en los supermercados españoles. Se parece más al que se puede comprar en tiendas especializadas o a granel en mercadillos. Tampoco quería que el curry se comiera el resto de sabores, así que me he mantenido discreta con este ingrediente.
- Finalmente, vertemos la leche de coco y dejamos cocer hasta que el pollo esté hecho y la salsa se haya reducido. Si encontráis crema de coco es mucho mejor, la salsa queda más rica, pero con la operación bikini me he ceñido a la leche de coco light y tampoco está mal.
- Al final la cantidad se reduce bastante, así que se pueden cocer unos egg noodles y hacer un plato más completo que llena más. Pero solo también está rico. Y si no ha quedado con mucha salsa se puede llenar una pita con los trozos de pollo y también está bueno. Recomendable: pitas de ajo y cilantro.
El próximo día probaré a ponerle jengibre fresco y alguna otra cosa que encuentre en el mercado. Jo, qué hambre me está entrando...